Volatilidad, FMI y estrategia financiera: claves para las empresas
Volatilidad, FMI y estrategia financiera: claves para las empresas
Los últimos días de marzo trajeron cierta volatilidad en los precios de los activos, impulsada tanto por factores globales como por incertidumbres internas. La dilación del acuerdo con el FMI, sumada a protestas en los alrededores del Congreso, generó tensiones en el mercado. Este acuerdo, además, podría traer cambios en la política cambiaria del Gobierno, que históricamente ha mostrado inclinación por un tipo de cambio flotante o, en su defecto, una banda de flotación. Sin embargo, economistas como Ricardo Arriazu advierten sobre los riesgos de una política sin valores de referencia fijos.
Más allá del debate, un aumento en la oferta de dólares podría derivar en una flexibilización parcial del cepo cambiario. Esto impactaría en el valor de ciertos tipos de cambio y en la tasa de interés de referencia, configurando un escenario donde la política económica buscará contener una excesiva volatilidad cambiaria. En caso de implementarse una banda cambiaria, esta sería estrecha, evitando fluctuaciones abruptas. A su vez, el acuerdo con el FMI podría limitar la intervención en los mercados de divisas, lo que abriría la posibilidad de una brecha cambiaria más amplia, aunque sin la eliminación del cepo en el corto plazo.
Desde una perspectiva financiera, el acuerdo con el FMI podría reducir el riesgo país y facilitar el acceso al endeudamiento externo, un primer paso hacia la corrección de los desequilibrios financieros. Sin embargo, la inflación se mantiene en torno al 2% mensual, con dificultades para perforar ese piso debido a los aumentos estacionales de marzo.
Ante este panorama, las empresas deben considerar los siguientes puntos clave:
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Capital de trabajo: Normalización de niveles óptimos, con especial atención al financiamiento de clientes y la gestión de inventarios.
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Eficiencia operativa: Optimización del ciclo de conversión de activos mediante inversión en tecnología y revisión de procesos.
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Análisis sectorial: Las mejoras en la actividad económica serán desiguales según la industria, por lo que es clave evaluar el impacto en cada sector.
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Estructura de financiamiento: Redefinir estrategias en términos de tasas, monedas y plazos para aprovechar oportunidades crediticias.
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Estrategia fiscal y geográfica: Considerar el impacto de los impuestos provinciales en la planificación financiera.
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Mercado de capitales: La apertura del mercado impulsará algunas ofertas públicas iniciales (IPO) con potencial atractivo.
El contexto actual exige monitoreo constante y estrategias ágiles. La clave para las empresas será la capacidad de adaptación en un entorno donde la incertidumbre convive con oportunidades de crecimiento.