BCI: se avecina la revolución tecnológica más disruptiva de la historia

¿Te has puesto a pensar en cómo las Brain-Computer Interface (BCI) podrán cambiar el desarrollo de diversas industrias? Acá te contamos un poco sobre el tema.  
 

Puede que al leer este título y con la catarata de tecnologías emergentes que hemos tenido en los últimos cinco años, hayas pensado: “otra tecnología más”. Sin embargo, apuesto a que en pocos minutos coincidiremos.  

Suelo decir que la fantasía se diferencia de la ciencia ficción en que esta última muestra fenómenos hoy imposibles, son extensiones de un futuro más o menos preciso, pero futuro al fin. En tanto la fantasía se basa en lo mágico y lo sobrenatural. 

Hace algunos años hubiera claudicado en que las neurotecnologías, digamos, interfaces entre el cerebro humano y la computadora (BCI: Brain-Computer Interface) fueran tan solo una falla de los films de ciencia ficción. No obstante, la ciencia ficción lo hizo una vez más convirtiendo esto en uno de los aspectos tecnológicos más promisorios de la historia de la humanidad. 

Sucede que empresas como Orb y Neuralink han logrado que estas interfaces “cerebro-computadora” realmente funcionen. ¿Son tecnologías inmaduras? Sin duda que lo son, pero su evolución es asombrosa la cual nos sorprenderá hoy y siempre.  

Veamos qué nos pueden brindar estas revolucionarias tecnologías BCI en materia de salud, investigación, comunicación, aprendizaje, y hasta diversión

Medicina  

Contribuirán al diagnóstico y tratamiento de enfermedades neurológicas como la epilepsia, el Parkinson, la depresión, entre otras. 

Restaurarán la función motora en personas con parálisis y hasta controlarán prótesis (volviendo realidad lo que llamamos “cyborgs” en la ficción). 

Existe un punto crítico que comienza a desafiar nuestras creencias sobre el cuerpo, la mente y la identidad. Basta con entender que, si al perder un brazo podremos controlar una extremidad robótica con nuestra mente de la misma manera como si fueran ambos brazos.  

Neurociencia 

Contribuirán en la decodificación de la actividad cerebral con mayor precisión y a mayor escala, y la humanidad pasará a otro nivel respecto del conocimiento de cómo funciona el cerebro. 

Las BCIs podrían usarse para proporcionar “neurofeedback” a los usuarios, lo que les permitiría aprender a regular su propia actividad cerebral. 

Comunicación 

Es probable que las BCIs posibiliten la comunicación telepática, volviendo obsoletas otras tantas películas de ciencia ficción. 

Facilitarán la traducción en tiempo real, lo que facilitaría la comunicación entre personas de diferentes culturas y geografías. 

Control de dispositivos con el pensamiento  

Las BCIs podrían usarse para controlar dispositivos electrónicos con la mente, lo que nos permitiría interactuar con la tecnología de una forma más natural. 

En cuanto al mundo de las organizaciones y a pesar de todo lo que se pondrá a disposición, habrá mucho por inventar. A solo efecto de citar un ejemplo, pensemos en un área de Capital Humano, específicamente en temas de selección de personal ¿cómo podría aplicar las BCI? 

Podrán utilizarse para evaluar las habilidades cognitivas de los candidatos a un determinado puesto de trabajo, lo que ayudaría notoriamente a las entidades a seleccionar a los mejores candidatos. 

Así mismo, podrán emplearse en la detección de signos de fatiga y estrés, lo que ayudará a las empresas a prevenir accidentes laborales, a la vez que consiguen mejorar la seguridad en el trabajo. 

Las BCI se utilizarán para evaluar la capacidad de liderazgo de los colaboradores, lo que ayudará a las empresas a identificar a sus futuros líderes e invertir en su formación de manera temprana. 

Volviendo con el control de prótesis… ¿Y si sumamos a los dos brazos, las dos piernas? ¿Cuál es el límite mediante el cual nuestro cerebro podrá controlar un cuerpo mayoritariamente robotizado?, ¿Y por qué no un cuerpo íntegramente humanoide?, ¿Y por qué no controlar entonces otros dispositivos a distancia?, ¿Podríamos controlar más de un cuerpo? Y pediré al lector sepa disculpar que iré aún más allá: ¿No podría ser el cerebro en un futuro la parte inorgánica?, ¿Podríamos tal vez almacenar nuestra conciencia?  

Estoy seguro de que estas preguntas nos colocan en una nueva dimensión de la ciencia ficción. Solo bastará esperar veinte, treinta o cuarenta años para volver a asombrarnos. Bastará ver cómo nos causará más asombro y atractivo los juegos paraolímpicos que comenzarán a producir nuevos records de una manera nunca antes vistos, donde las personas con condiciones de discapacidad mostrarán sus súper capacidades. 

Te invitamos a leer además nuestro documento Innovación + Creatividad, con varios artículos especializados desarrollados en el marco del Día de la Innovación y la Creatividad.